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Dolor neuropático periférico en el paciente operado

La prevalencia del dolor neuropático periférico en el paciente postquirúrgico se estima en un 30%, sin embargo, existen patologías donde esta incidencia puede ser mucho mayor como, por ejemplo: en algunas intervenciones como la mastectomía puede alcanzar hasta el 57%”, especialmente en aquellos casos que requieren tratamientos de quimioterapia.

La prevalencia del dolor neuropático periférico en la cirugía en el tórax se aproxima al 45% en el caso de dolor mixto con componente neuropático y en un 30% de dolor neuropático puro.

El dolor neuropático periférico en las artroplastias de rodilla puede alcanzar hasta el 44% y en las de cadera alrededor del 27 %”, en las amputaciones de miembros también son una causa frecuente de este tipo de dolor con una incidencia que puede situarse hasta en el 85%. Este tipo de dolor incide en el estado de ánimo provocando sufrimiento, ansiedad e irritabilidad con una merma en la calidad de vida y en la actividad física que repercute en la salud y en la capacidad funcional.

“Si el dolor neuropático periférico localizado postquirúrgico persiste en el tiempo, se puede desarrollar un síndrome de dolor por sensibilización central”.

El dolor neuropático periférico postquirúrgico se caracteriza porque persiste más de tres meses después de la cirugía, presenta unas características diferentes al dolor que el paciente podía tener previamente y se localiza en la zona quirúrgica o a su alrededor.

dolor neuropático periférico

El perfil del paciente que sufre dolor neuropático periférico es variado, ya que puede afectar a personas de cualquier edad y no existe diferencia en función del sexo. La existencia de determinadas patologías concomitantes como la diabetes, el tratamiento con determinados fármacos y el consumo de tóxicos favorecen la aparición de neuropatías que pueden desencadenar este tipo de dolor.

A mayor evolución del dolor, >> respuesta más pobre<<

El diagnóstico precoz es un aspecto fundamental en el abordaje de los pacientes, las mejores respuestas se producen en los pacientes con menos de seis meses de evolución.

“Si detectamos tempranamente el dolor neuropático y lo tratamos, la respuesta es mucho más favorable. A mayor tiempo de evolución la respuesta a las terapias es más pobre”.

Asimismo, es importante que las personas afectadas por el dolor neuropático periférico postquirúrgico comuniquen todos los síntomas que presenten ya que pueden facilitar el diagnóstico.

Comunicar al profesional sanitario sensaciones extrañas como cosquilleo, dolor con el roce de las sábanas o la ropa y falta de sensibilidad en zonas próximas a la zona quirúrgica va a posibilitar un diagnóstico más temprano.

“el paciente debe participar activamente con el equipo de tratamiento buscando ayuda cuando este dolor afecta al estado de ánimo para afrontarlo con herramientas farmacológicas o no farmacológicas”.

Enfoque multimodal y equipos multidisciplinares, clave en el manejo de los afectados

Es de vital importancia de la formación de los equipos multidisciplinares en el abordaje de estos pacientes para que “sepan detectar todas las necesidades de los afectados con dolor neuropático periférico postquirúrgico tanto a nivel biomédico como a nivel psicológico y mental y a nivel social.

Avances recientes en el manejo del dolor neuropático periférico.

En la actualidad se dispone de herramientas terapéuticas y una formación profesional de las que carecíamos, lo que supone un gran beneficio que nos permite abordar con éxito procesos complejos en los que hace algunos años las alternativas tenían más efectos secundarios o eran menos efectivas.

Consideración del dolor neuropático como una ‘constante’

Cabe destacar el protagonismo de la suplementación nutricional y la rehabilitación en la recuperación del dolor neuropático periférico. En cuanto a los retos que tienen los profesionales en este ámbito, es avanzar hacia un abordaje rehabilitador personalizado detectando tempranamente aquellos que mejor responden y diferenciarlos de los que lo hacen tardíamente o no lo hacen, así como activar al paciente que tiene que ser informado adecuadamente sobre las características del proceso y las alternativas terapéuticas disponibles.

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